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Irlanda

Qué ver en Dublín

By septiembre 1, 2022No Comments

Divertida, hospitalaria y con una oferta cultural inmensa, Dublín es de esas ciudades perfectas para perderse un par de días y pasárselo realmente bien disfrutando de su ambiente (considerado de los mejores de Europa), de su historia y, cómo no, de sus pubs en los que no falta la cerveza negra ni tampoco la música en directo. 

Dividida en norte y sur por el río Liffey, la capital de la República de Irlanda tiene mucho para ver y hacer sean los que sean tus gustos: visitar iglesias antiguas o monumentos históricos, realizar tours de degustación de bebida o comida irlandesa, viajar a pueblos pesqueros, andar sobre acantilados… Tus preferencias marcarán tu viaje, pero de lo que estamos seguros es de que este destino no te decepcionará. A continuación te mostramos un listado de los que para nosotros son los 10 lugares imprescindibles que ver en Dublín en dos o tres días. Al final del post te sugeriremos alguna cosa más para hacer por si dispones de más tiempo.

Guinness Storehouse

Visitar la fábrica de Guinness es probablemente de las atracciones más emblemáticas de Dublín. Aunque no te guste la cerveza, no puedes dejar de venir hasta aquí para vivir la experiencia de conocer cómo se elabora una de las cervezas más famosas del mundo. Y si te gusta, evidentemente será una visita obligada en tu planificación ya que, por si no lo sabías, te dan a probar una pinta ¡GRATIS! en su Gravity Bar, un bar panorámico situado en la séptima planta. ¡Y menudas vistas que hay! (Si no bebes, no te preocupes porque te sirven un refresco en su lugar).

Museo de la Emigración Irlandesa (EPIC)

De todos los museos que pueden visitarse en Dublín, para nosotros este es uno de los mejores. A través de 20 galerías se explica la historia de la emigración irlandesa, las razones por las cuales más de 10 millones de irlandeses se vieron obligados a dejar atrás el país que los vio crecer y las consecuencias que ha traído ese fuerte flujo de emigración. Asimismo, se relatan las vidas de algunas de estas personas, haciendo especial hincapié en cómo se adaptaron en los países de acogida y qué aportaron a ellos.

Se trata de un lugar muy divertido, pese a la crudeza de lo que se cuenta, por lo interactivo que es, de ahí que sea un museo perfecto para visitar con niños, no solo para que se entretengan, sino para que conozcan de una forma más amena el tema de la migración.

Catedral de San Patricio

Según cuenta la leyenda, esta catedral fue erigida en el siglo V junto a un pozo en el que San Patricio, patrón de Irlanda, bautizaba a los paganos para convertirlos al cristianismo. La primitiva iglesia construida de madera fue años después sustituida por una de piedra (en el año 1191 concretamente), aunque la actual catedral es fruto de las numerosas remodelaciones que ha recibido a lo largo de su historia debido a los daños sufridos por el incendio que tuvo lugar a mediados del siglo XIV y el deterioro de la estructura y los techos, que se tuvieron que restaurar por miedo a un derrumbe.

Si es la primera vez que viajas a Dublín, no puedes dejar de visitar el interior de esta catedral, tanto por el incalculable valor histórico que posee (por ejemplo, verás una pila bautismal de época medieval perfectamente conservada) como por la belleza de sus ornamentos y espectaculares vidrieras. Además, es la Catedral Nacional de Irlanda y la única que dispone de un coro que ofrece dos misas cantadas al día.

Dublinia

Se trata de un museo interactivo que invita a los visitantes a retroceder en el tiempo para conocer la historia de Dublín en dos épocas: la vikinga y la medieval. Mediante representaciones, sonidos y olores te puedes hacer una idea de cómo era la vida por aquel entonces (el bullicio de las calles, el oficio de los comerciantes, sus juegos habituales…) y aprender un poco más acerca de los sanguinarios saqueadores que llegaron a las costas de Irlanda para robar y luego se quedaron para fundar lo que hoy es la capital de la isla esmeralda. Sin duda, es un museo que no te puedes perder porque ha sabido combinar a la perfección historia con diversión para todas las edades.

Catedral de la Santísima Trinidad

Conocida como Christ Church, es la más antigua de las dos catedrales de la ciudad, siendo la otra la de San Patricio. Fue construida en madera a principios del siglo XI por el rey vikingo Sitric, aunque entre los siglos XII y XIII se llevó a cabo la construcción de la actual iglesia de piedra. No obstante, esta catedral también ha sido objeto de varias remodelaciones que la han hecho pasar primero por un estilo románico, luego gótico y después victoriano.

No hace falta ser creyente para visitarla y contemplar, aparte de sus tesoros más preciados, la enorme cripta del siglo XII que se encuentra bajo la catedral (de hecho, se trata de la estructura más antigua de Dublín que se mantiene todavía en pie). Por fuera llama la atención el puente que conecta la catedral con otro edificio, y este no es otro que Synod Hall, el lugar en el que se encuentra el museo de Dublinia y que fue construido en el año 1870.

O’Connell Street

Esta es una de las avenidas más largas y anchas de Europa, y es conocida no solo por las diferentes estatuas que te puedes encontrar en ella, entre las que destaca la estatua del líder nacionalista del siglo XIX que dio nombre a la calle, Daniel O’Connell, sino sobre todo por la gigantesca aguja de 120 metros situada justo en medio: The Spire. En esta calle se encuentra también la Oficina Central de Correos de Dublín (GPO), construida en 1818, y se trata de un edificio de gran valor histórico por ser el lugar en el que se proclamó la República de Irlanda después de la sublevación de 1916.

No te cansarás de recorrer esta calle en tu viaje a Dublín ya sea para pasear, coger un autobús o acceder a las principales zonas comerciales de la ciudad que se localizan en esta zona (Henry Street o Parnell Street son dos de las más importantes calles de tiendas).

Trinity College

Algo que no puede faltar en tu recorrido por Dublín es acceder a una de las universidades más antiguas y prestigiosas del mundo: el Trinity College. Fue fundada en 1592 por la reina Isabel I sobre el solar de un monasterio agustino con la intención de proporcionar una educación exquisita a los jóvenes protestantes irlandeses (hasta el año 1793 los católicos estuvieron vetados). En 1903 fueron admitidas las mujeres por primera vez, antes que en muchas universidades británicas. Por ella han pasado importantes personalidades del mundo de la literatura como Oscar Wilde o Bram Stoker, entre otros.

Sin lugar a dudas, el principal punto de interés de esta universidad es el edificio de la biblioteca, especialmente «The Long Room», una espectacular sala de 65 metros de largo que custodia más de 200.000 libros antiguos y manuscritos. Allí también está el arpa más antiguo que se conserva de Irlanda. No obstante, la joya de la biblioteca es el Libro de Kells, un libro manuscrito en latín que contiene los cuatro evangelios y que se cree que tuvo que ser escrito por unos monjes a principios del siglo IX, los cuales tuvieron que trasladarse a Kells tras la invasión de los vikingos desde la isla de Iona, en Escocia, donde residían en una abadía. El libro sobrevivió y llegó a esta universidad en 1661. 

Temple Bar

Este es, sin duda, el barrio más famoso de la ciudad por concentrarse en pocas calles los típicos pubs irlandeses (siendo el más conocido el que tiene el mismo nombre que el barrio: The Temple Bar). A cualquier hora del día puedes ver a cientos de turistas recorriendo sus calles para entrar en alguno de ellos, aunque es sobre todo por la noche cuando los locales se llenan ya que en la mayoría, a partir de las 19.00 horas, es cuando hay músicos tocando en directo.

En los pubs de Irlanda no solo se sirven bebidas, sino que también se ofrece comida, siendo el guiso de ternera elaborado con Guinness el triunfador. ¡Qué bueno está! Por eso te recomendamos llegar hasta este barrio porque el buen ambiente, la buena cerveza y la buena comida nunca falta. Además, Temple Bar no es solo conocido por su vida nocturna. Durante el día acoge un mercado de comida y un mercado de libros de segunda mano. Asimismo, hay por la zona varias galerías de arte y tiendas de moda alternativa. ¡El entretenimiento aquí está asegurado!

Río Liffey

Un plan muy chulo que se puede hacer en Dublín y gratis (algo necesario ya que allí todo es muy caro) es pasear junto a los márgenes del río Liffey y cruzar alguno de sus variopintos puentes. Este río, que parte a la ciudad en dos, nace en las montañas de Wicklow y, 125 km después, desemboca en la bahía de Dublín en el mar de Irlanda.

Si te gusta la fotografía, es un lugar perfecto para capturar imágenes de gaviotas sobrevolando el río, de los edificios de diferente color que hay a ambos lados, del anochecer con las luces de los puentes encendidas…

De todos los puentes, no puedes irte sin cruzar el famoso puente Ha’penny Bridge o Puente del Medio Penique (llamado así porque su creador, para conseguir dinero, pedía medio penique a cada par de piernas que lo cruzara), el Puente O’Connell (el único puente de Europa que tiene más anchura que longitud) y el Puente Samuel Beckett (obra del español Santiago Calatrava que simboliza el arpa irlandesa y se levanta para dejar paso a los barcos). 

Gran Canal

Otra de las cosas que puedes hacer gratis en Dublín es darte un agradable paseo por el Gran Canal. Este canal se construyó entre 1756 y 1796, y transcurre desde Shannon Harbour, en Offaly, hasta la bahía de Dublín. Es una opción ideal para relajarse y alejarse del bullicio de la ciudad, pues aquí apenas hay ruido, tan solo se escucha el canto de las aves o el sonido del agua a su paso. 

Y si lo que quieres es conocer el Silicon Valley de Dublín, ven también a esta zona en la que se han instalado algunas de las mayores empresas tecnológicas del mundo, atraídas principalmente por las ventajas fiscales del país (Google, Facebook, Twitter…). ¡Sus edificios son impresionantes!

Si dispones de más días para visitar la ciudad te recomendamos adquirir el DublinPass y disfrutar de otras actividades como conocer la destilería Jameson, el Castillo de Dublín, el Museo Nacional de Cera, el Pequeño Museo de Dublín, el barco Jeanie Johnston, el MoLI, la casa situada en 14 Henrietta Street, el Museo del Rock’n Roll Irlandés, hacer una ruta gastronómica a pie, etc. Debes saber que la visita a la Guinness Storehouse, el EPIC, la Catedral de San Patricio, la Catedral de la Santísima Trinidad o Dublinia están incluidos en este pase.

Aprovechando que vas a visitar la Catedral de San Patricio te recomendamos, si te gusta ver iglesias, que te desvíes un poco (unos tres minutos aproximadamente) para visitar la Iglesia de San Nicolás de Myra. Esta iglesia católica romana, construida en el 1829, todavía se usa en la actualidad.

Si el centro de Dublín ya lo tienes visto y quieres alejarte un poco, te recomendamos que visites el núcleo urbano de Howth. Está situado en el cabo de Howth a unos 15 kilómetros de distancia del centro de la ciudad, en el lado norte de la bahía de Dublín. Este es un pueblo turístico y pesquero en el que puedes realizar rutas a pie por la zona de acantilados, donde hay maravillosas vistas (sobre todo las cercanas al Baily Lighthouse), visitar su castillo y su puerto, desde el que sale un ferry hacia la isla Ireland’s Eye.

Otro de los lugares que se pueden visitar es Dun Laoghaire. Este bonito pueblo pesquero se sitúa al sur de Dublín, a unos 13 km del centro, y cuenta con uno de los puertos más grandes del país. Su muelle East Pier es muy popular entre los turistas para pasear y conocido por aparecer en la película Michael Collins, protagonizada por Liam Neeson. En este mismo muelle podrás comer en Fish Shack, uno de los mejores puestos de fish & chips de la zona según los lugareños. Si viajas en domingo, tendrás la suerte, además, de encontrarte con un mercado de puestos de comida internacional y otro con productos de artesanía. Nosotros probamos el tailandés A Taste of Thai y nos encantó.

Si conoces alguna otra cosa que hacer en Dublín, escríbenos en los comentarios por si puede servir de ayuda al resto de viajeros. Aquí te dejamos el presupuesto de nuestro viaje a Irlanda o las 14 curiosidades de Dublín por si estás pensando viajar a este país.

EscribiendoViajes

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