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Estados Unidos

Día 3. Museo de Historia Natural – MoMA – Madame Tussauds

Escrito por octubre 20, 2018agosto 23rd, 2020Ningún comentario

El tercer día madrugamos mucho para empezar a visitar los museos más famosos de la ciudad. Aunque la mayoría abre a las 10.00, podréis imaginar las filas que se forman a las puertas esperando a que abran, por eso nosotros decidimos llegar sobre las nueve para ponernos en cola. Nuestra primera parada fue, cómo no, el Museo de Historia Natural, famoso por su impresionante colección de dinosaurios y la gran cantidad de salas dedicadas a especies animales diferentes. La visita nos pareció muy interesante y educativa, así que os recomendamos que no dudéis en visitarlo si viajáis a Nueva York con niños.Tres horas después salimos del museo (sin haber podido ver todas las exposiciones, por desgracia, pero se requeriría pasar un día entero en él y no disponíamos de más tiempo) y fuimos directos a Planet Hollywood, restaurante archiconocido por su decoración hollywoodiense, para comer allí, aprovechando que la New York Pass nos ofrecía un 15% de descuento, y de esta manera probar sus hamburguesas y costillares. Lamentablemente, no fue nuestra mejor comida en la ciudad pues las patatas estaban demasiado crujientes y costaba masticarlas. El costillar, por su parte, vino muy seco y fue difícil tragarlo. En cuanto a la hamburguesa, la encontramos muy normal.A las cuatro nos dirigimos rápidamente hacia el MoMA, que cerraba a las 17.30 horas, pero llegamos con tiempo suficiente para ver sus principales obras de arte (“La noche estrellada”, de Van Gogh o “La persistencia de la memoria”, de Dalí).A la salida pusimos rumbo hacia la 5ª avenida y paseamos dirección sur haciendo únicamente dos paradas: la Iglesia de Saint Thomas, que nos sorprendió muchísimo, y el Rockefeller Center, donde paramos para recoger nuestras entradas del Top of the Rock, incluidas también con el New York Pass.La tarde iba avanzando junto con el ascenso de las temperaturas, por lo que nos vimos obligados a buscar una heladería de forma urgente. Como queríamos visitar el Museo de Cera para terminar el día, fuimos a una heladería que se encontraba justo enfrente, Cold Stone, y que tenía una alta puntuación en TripAdvisor. Desde luego, fue un acierto seguir las recomendaciones de la gente porque ese helado de Oreo que nos pedimos se ha convertido en el helado más rico que nunca antes hemos probado y dudamos que pueda existir otro mejor. Costó un poco caro (nueve dólares cada uno), pero era gigante y no estaba pagado el espectáculo que nos ofrecieron para prepararlo.Una vez nos tomamos el helado, que nos valió de merienda y de cena, cruzamos la calle 42 y entramos en Madame Tussauds, uno de los mejores museos de cera. No os creeréis que os digamos que merece la pena visitarlo, pero nos divertimos tanto por la posibilidad de interactuar con las estatuas de los famosos y por el atrezo preparado que nos vemos obligados a decirlo.Acertamos con la decisión de ir por la noche porque, al salir, regresamos al hotel con una enorme sonrisa recordando las fotos tan graciosas que nos habíamos hecho que, por un momento, nos olvidamos del dolor de pies que teníamos después de pasar todo el día caminando. Nos dormimos muy pronto ya que al día siguiente debíamos madrugar si queríamos fotografiarnos con el Toro de Wall Street a solas.

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