Desde hace mucho tiempo queríamos ir a un restaurante con Estrella Michelin y el fin de semana pasado decidimos estrenarnos en uno que, encima, está en nuestra ciudad: Cartagena. Hoy os contamos nuestra experiencia en Magoga, restaurante que en 2020 ha recibido este prestigioso galardón y también dos Soles Repsol.
Tras el cordial recibimiento al llegar, con todas las medidas de higiene pertinentes, nos sentamos en nuestro sitio y empezó una de las cosas más complicadas cuando es la primera vez que vas a un lugar como este. ¿Qué pedimos? Por suerte, fuimos con unos amigos que ya habían estado y nos ayudaron con la elección. Lo más común, y lo que suelen recomendar, es pedir el menú degustación, aunque nosotros decidimos pedir de carta. Una vez con la bebida en la mesa, y justo antes de que nos tomaran nota de lo que queríamos, nos sirvieron unos snacks cortesía de la casa: corteza y panceta de chato murciano, y flor de sobrasada y crujiente de matanza.
¡Muy ricos! Sobre todo nos encantó la flor de sobrasada y el crujiente de matanza. Al final, nuestra selección de platos se compuso de la siguiente manera:
- Ensaladilla con mújol ahumado y hueva
- Ravioli de rabo de cordero segureño, crema de foie y frambuesa
- Carro de quesos artesanos seleccionados por Adrián de Marcos
- Arroz Bomba D. O. P. Calasparra de gamba roja y calamar (seco o meloso)
- Solomillo de vacuno mayor madurado, foie soasado y melocotón de Cieza
- Pavlova
- Café asiático
De lo elegido, consideramos que, pese a estar muy rica, la ensaladilla fue lo que menos nos impactó. El sabor del ravioli fue espectacular y la salsa… ¡para chuparse los dedos! Del carro de quesos pudimos seleccionar seis de casi una treintena que nos trajeron, siempre con la recomendación del camarero de mesa, que nos fue recomendando y explicando los distintos tipos que finalmente elegimos.
Llegó el momento de los platos fuertes. El arroz, que nosotros lo elegimos seco por recomendación de Adrián de Marcos, director de sala, nos sorprendió por el intenso sabor, incluso llegándonos a recordar al arroz caldero, uno de nuestros arroces favoritos. El solomillo nos encantó porque estaba supertierno y por su sabor junto al foie y al melocotón, pese a que nosotros no somos muy fans de esas mezclas de sabores. No se nos puede olvidar decir que en todo momento te ofrecen tres tipos distintos de pan artesanales (normal, integral y crujiente).
De postre elegimos la famosa pavlova que nos impresionó por su sabor refrescante y dulce. Con el café, que pedimos un asiático y diríamos que es el mejor que hemos probado nunca, pusieron unos petits fours. Y así dimos por finalizado el menú. Antes de marcharnos, pudimos conocer a María Gómez, la jefa de cocina, que salió para hablar con nosotros y saber qué nos había parecido la comida.
Nuestra experiencia en Magoga
- El precio por comensal fue de 61,30€, por lo que consideramos que es un precio más que ajustado para la calidad de la comida. Nosotros solamente pedimos agua, pero si vosotros bebéis vino o cerveza es posible que se encarezca un poco más el importe final.
- Los platos que se muestran en las fotografías (menos la pavlova) son media ración ya que si lo pides para compartir te lo emplatan de forma individual para que cada comensal disfrute de una experiencia única.
- Cuando te van sirviendo los platos te van explicando de qué se componen y te cuentan algunas particularidades de sus ingredientes. Esto nos pareció muy interesante porque aprendimos mucho sobre la procedencia de los alimentos que utilizan, mayoritariamente de la zona de Cartagena, sus alrededores y otros puntos de la Región de Murcia.
- Una de las cosas que siempre hemos pensado es que en este tipo de restaurantes te quedabas con hambre y la verdad es que estábamos totalmente equivocados o, al menos, en Magoga no pasa.
- La duración total de la comida fueron unas 3 horas (de 14:00 a 17:00 horas), por lo que aconsejamos ir sin prisa para disfrutar de forma pausada de cada plato. Aunque pueda parecer que es mucho tiempo, en ningún momento se nos hizo pesado el tiempo entre plato y plato.
- La atención de la mesa fue muy buena. En todo momento están pendientes de ti, pero sin llegar a molestar/agobiar. Constantemente revisaban que no nos faltase agua ni pan.
Por tanto, solo podemos decir que nuestra experiencia en Magoga ha sido sobresaliente en todos los sentidos y que os recomendamos vivirla si sois amantes de la buena gastronomía como nosotros. Aprovechamos estas líneas para felicitar a María, a Adrián y a todo su equipo por los merecidos reconocimientos que han recibido este año: una Estrella Michelin y dos Soles Repsol.
Hasta que vuelva a llegar la ocasión, nosotros seguiremos disfrutando como siempre de nuestros ‘menús del día’ y raciones en los locales que conocemos de Cartagena y de los que descubramos en los distintos viajes que realicemos.